Aurora de esperanza
Esta película es la primera producción anarcosindicalista de un largometraje argumental, con una clara pretensión comercial al tiempo que permitía dar trabajo a los obreros de la industria cinematográfica.
El sindicato quería para esta producción un argumento original y renovador que se desmarcase del cine burgués anterior al 18 de julio, y para ello el Comité de Producción del SUEP hizo una convocatoria popular de guiones cinematográficos: "Centenares de argumentos revolucionarios --decía Luis Veramón en la revista Umbral- pasaron por las manos de los escritores que componían la comisión de lectura. Todos los temas coincidían. Rebeliones populares, alcoholismo, prostitución, revolución... prostitutas y alcohol se mezclaban una y mil veces entre las manos de los aturdidos lectores".
Finalmente, el argumento aprobado por el Comité de Producción fue el titulado "La marcha del hambre", del joven aragonés Antonio Sau. Tras algunos cambios en el guión y con el título de "Aurora de esperanza", se le encomendó también la dirección de esta película base.
Su ambientación y argumento, muy generalista y poco concreto con los postulados ideológicos anarquistas y revolucionarios, crearon controversia dentro de la CNT-FAI y dificultaría su rápida exhibición. Rodada entre diciembre de 1936 y marzo de 1937, no se estrenaría en las pantallas republicanas hasta el verano de 1937, en Barcelona, y en enero de 1938, en Madrid.
Tampoco esta realización tuvo una buena acogida de público y crítica, con duros artículos en las revistas Blanco y Negro y Mi Revista. Fue Luis Veramón, desde la revista Umbral (1-10-1938), quién mostró una mayor comprensión hacia este primer ensayo de cinema social: "Aurora de esperanza --decía- resultó un mal filme, desde el punto de vista social y desde el punto de vista comercial: no así en su aspecto artístico. Su argumento es falso y no correspondía a la psicología del pueblo español. Su propio autor confesó más tarde que lo hizo a petición del Comité; que él quería dirigir un filme y que entonces sólo le encargaban la dirección al que llevaba un argumento. Todo el desarrollo de la obra carecía de emoción, pero el ambiente había sido logrado magníficamente y un buen gusto artístico se advertía en todas las escenas. Abundaban los planos de gran belleza plástica y los intérpretes se movían libres del recuerdo del clásico escenario de tablas. Félix de Pomés y Enriqueta Soler lograban en aquella película una de sus mejores interpretaciones. Era una película en la que los errores de bulto se mezclaban continuamente con destellos de arte y de ingenio".
Sin embargo, algunos analistas consideran a "Aurora de esperanza" como uno de los filmes precursores del neorrealismo, movimiento cinematográfico surgido en Italia a mediados de la década de 1940.